miércoles, 13 de agosto de 2014

Historia de las Vocales
La palabra «vocal», proviene del latín vocalis, que significa «con la voz», ya que, en la mayoría de las lenguas, las palabras, y por tanto el discurso, son imposibles sin vocales. El término «vocal» se usa habitualmente para referirse tanto para los sonidos vocálicos como a los signos escritos que los representan.
Las vocales (no-sordas) son mucho más visibles en un espectrograma que la mayoría de consonantes, porque su emisión va acompañada de la emisión de mayor energía sonora.
En fonética, una vocal o monoptongo es un sonido de una lengua natural hablada que se pronuncia con el tracto vocal abierto, no habiendo un aumento de la presión del aire en ningún punto más arriba de la glotis. Esto contrasta con las consonantes, donde hay una obstrucción o cerrazón en algún punto del tracto vocal. Las vocales se consideran silábicas; un sonido equivalente, abierto, pero no silábico, se denomina semivocal.


Enseñar las vocales mediante un cuento  
Cuento: La Fiesta de las Vocales
Autor: Manuel Ibarra (51 años) - Caracas, Venezuela

en una fiesta de presentación, la (a) exclamó:
-¡Ah, ya están llegando todas mis amigas!.
Luciendo un hermoso vestido, la (e) hizo su entrada:
-¡Eh ya llegue!.
Seguidamente se presentó la (i).
-¡Aquí estoy yo, lista para bailar con todas ustedes!.
Pasados unos minutos llegó la (o) y dijo:
-¡Oh, qué cantidad de gente!.
La fiesta tomó calor y las vocales se dispersaron por el salón, entonces llegó la (u) y exclamó:
-¡Disculpen amigas, aquí llegué yo, para unirlas nuevamente!.
Inmediatamente las vocales formaron una fila y todas pronunciaron su nombre en alta y sonora voz: ¡a, e, i, o, u!. Viendo que ya estaban todas las amigas presentes, las vocales se dedicaron a bailar alegremente toda la noche.

Estrategia aprender las vocales mediante una canción
Las cinco vocales las vocales
vestidas de luz
se fueron de viaje
por sendero azul.
La A aprendió
a amar las auroras
y en las brisas del aire
jugó a la ronda.
La E retornó
trayendo esperanzas
estrellas y ensueños
para nuestras almas.
La I, delgadita,
no pudo ir muy lejos
y sobre bugambilias
proclamó su imperio.
La O rodando
al cielo llegó
y a la luna llena
a rodar le enseñó.
La U, con el viento,
remontó el azul
y como un fuerte trueno
retumbó: Kabum!

Con un círculo encerrar las  vocales y las consonantes